A diferencia de Barcelona, más intelectual y laberíntica, la capital del país aglutinaba una mayor cantidad de posibilidades cosmopolitas, donde se encontraban postulados de rock que iban desde la pura progresía al sonido arisco y urbanita, callejero y, evidentemente, “cheli”. En este segundo capítulo de la escena de la progresía pop en España, Madrid ocupa una sección tan importante como variada.