Brunnsviks Sounds
Me imagino que conocéis la historia de nuestro cantante más internacional, Julio Iglesias. ¿No?¿Cómo que no? Bueno, yo os la cuento. Básicamente, iba para futbolista, concretamente para portero del Real Madrid, cuando tuvo una lesión que acabó con su carrera. Durante su estancia en el hospital aprendió a tocar la guitarra y el resto es historia, discos de oro, Grammys, muchas páginas de prensa rosa y muchas horas de TV.
Pues la historia de Jesper Lindell es bastante similar, cambiando la posición en el campo y al Real Madrid por un equipo de una pequeña ciudad sueca. Con una pierna rota y en el hospital, su hermano le dio una guitarra y le enseñó algunos acordes. Entonces tenía 14 años. A los 17 cambiaba de ciudad, creaba un grupo y empezaba a mostrar sus canciones al mundo. En 2019 publicó su primer álbum, Everyday Dreams. Como las desgracias no vienen nunca solas, cuando preparaba una importante gira de presentación vino la pandemia y encima se le detectó una enfermedad congénita por la que tuvo que recibir un trasplante de riñón.
Uno podría pensar que con tantas desgracias en su vida sus discos serían del estilo de un desolador Nick Drake o bien oscurísimos como los de Joy Division. Nada de eso. Su último disco salió en 2022 con el título de Twilights y suena como un cruce entre The Band y el Van Morrison de los 70. La referencia a The Band no es casual: además que el sonido de las canciones recuerda enormemente a la banda canadiense, el título “Twilights” hace referencia a uno de los últimos sencillos de The Band, “Twilight”, canción que además se versiona en este álbum. Es más: la hija del propio Levon Helm, Amy Helm, colabora en dicha canción.
Aunque algunas letras muestren signos de desilusión o tristeza, en general son mayoría las que levantan el ánimo. El estribillo de “Westcoast Rain” dice algo así: “Voy a llenar mis pulmones con el aire frío de la noche, cantaré mi canción favorita y todo irá bien”. La canción “Into the blue” empieza desgarradora pero su estribillo es otra llamada a la esperanza en un futuro mejor. La misma estructura se repite en muchas otras canciones.
Al final ese sonido tan americano, conjuntando perfectamente la típica instrumentación del folk-rock o country-rock con pianos y arreglos diversos – su banda es numerosa – decanta la balanza. Es un sonido evocador de una vida quizás no fácil pero bien vivida y disfrutada en conjunción con la naturaleza, una especie de sentimiento de vivir hacia afuera y aprovechar nuestra corta existencia que nos enseñaron los artistas antes mencionados junto a muchos otros. Al final, como dije, la balanza se decante y este Twilights deja un buen sabor de boca y al menos media sonrisa en la cara.