Mercury
Serge Gainsbourg fue un personaje transgresor y provocador que hizo de los escándalos una de sus principales bazas. No la única, por supuesto, nadie puede dudar de su talento musical que le llevó a transitar por diferentes estilos (chanson y pop, pero también reggae, funk, jazz, música latina, electrónica, neoclásica…), a apurar los límites, a crear canciones perfectas y a realizar experimentos que todavía no sabemos cómo valorar. Gainsbourg creó un personaje, o quizás era él mismo, que escandalizaba y atraía a la vez: con él no había término medio.
Si en los 60 ya había soliviantado al personal haciendo cantar a France Gall, entonces con apenas 18 años, sobre chupar lo que ella pensaba que eran piruletas, poco después incendió las emisoras (en aquellos países donde no se prohibió) con su “Je t’aime… moi non plus” junto a Jane Birkin. Sin embargo, en Historie de Melody Nelson fue más allá todavía, ya que estamos ante un disco que no sería exagerado decir que raya en la apología de la pederastia. Hemos de entender, sin embargo, que se trata de un tiempo diferente al nuestro, y que años antes Vladimir Nabokov ya había explorado el tema en su exitosa novela Lolita.
Gainsbourg se pone aquí en la piel de un señor de mediana edad que, tras colisionar con su lujoso coche con la bicicleta de la quinceañera Melody Nelson, queda prendado de la niña, a la que aparentemente acaba seduciendo. El romance, sin embargo, tiene un final trágico. Pero la historia, siendo importante, quedaría incompleta sin atender a la música. Hablamos de un disco breve (menos de media hora) que explora las conexiones entre el spoken word, el pop orquestal (arreglos y coros de Jean-Claude Vannier) y la música cinematográfica, anticipándose por décadas al trip hop y al acuoso hip hop contemporáneo.
Historie de Melody Nelson, incluso no entendiendo la letra, suena lascivo, erótico, pero también elegante y romántico. Su fusión de estilos, su conglomerado de jazz, rock y pop orquestal no tiene nada que envidiar a otros discos pioneros de su época. La alternancia entre pasajes furiosos, divertidos, sedosos y oscuros no hace sino reflejar los momentos intensos y contradictorios por los que puede pasar la mente y el alma de una persona en tal situación. Te repelerá o te enamorará, pero la historia de Melody Nelson no te dejará indiferente.